Cap铆tulo 3: Despedida y encuentro inesperado

 



Cap铆tulo 3: Despedida y encuentro inesperado

A la ma帽ana siguiente de la fiesta, Ian despert贸 en su hotel con el canto de los p谩jaros fuera de su ventana. Record贸 la fiesta de la noche anterior. Los ojos de obsidiana de Fran y su voz profunda volvieron a su mente. Suspir贸 suavemente, neg贸 con la cabeza y se dijo a s铆 mismo que no deb铆a darle m谩s vueltas. Aquello solo hab铆a sido un encuentro fortuito en su viaje, como el viento, que se fue tan r谩pido como lleg贸.

Tras hacer las maletas, Ian se despidi贸 brevemente de Fran, que hab铆a venido a despedirlo en el vest铆bulo del hotel.

"Que tengas buen viaje, Ian", sonri贸 Fran, con la mirada tranquila y natural, como si simplemente se despidiera de un nuevo amigo.

Ian le devolvi贸 la sonrisa alegremente: 

"Gracias por tu amabilidad, Fran. Espero que nos volvamos a ver".

Aun as铆, en el fondo sab铆a que era improbable que un noble como Fran volviera a aparecer en su viaje.

[...]

Un encuentro peligroso

Tras abandonar el pueblo, Ian continu贸 hacia el sur. Mientras atravesaba un denso bosque, la oscuridad ca铆a gradualmente. Eligi贸 un claro en el bosque para acampar, con la intenci贸n de pasar la noche bajo las estrellas. Justo cuando encendi贸 la hoguera, un profundo gru帽ido reson贸 a lo lejos, seguido de un par de ojos rojos brillantes que emergieron de las profundidades del bosque.

Un enorme lobo demon铆aco, cubierto de pelaje negro azabache, mostr贸 sus colmillos al acercarse. El coraz贸n de Ian se aceler贸 y r谩pidamente tom贸 su arpa. Toc贸 las cuerdas y una ola de sonido claro y fr铆o se extendi贸 por el aire, golpeando la pata delantera del lobo demon铆aco. Este aull贸, pero no retrocedi贸. En cambio, se abalanz贸 sobre Ian con mayor furia.

En el 煤ltimo instante, una figura oscura pas贸 como un rayo y, acompa帽ado por el sonido de una hoja que cortaba el aire, el lobo demonio fue derribado instant谩neamente por una fuerza poderosa, chocando violentamente contra un tronco de 谩rbol, y luego cayendo al suelo sin poder levantarse.

Ian mir贸 con atenci贸n y vio que era Fran quien hab铆a acudido a su rescate. Iba vestido de negro y bland铆a una espada larga con una hoja negra como la noche y brillante; sin duda, no era un arma com煤n.

"¿Fran?" exclam贸 Ian sorprendido, pero no encontr贸 las palabras. No esperaba que el noble reapareciera y lo rescatara en un momento tan peligroso.

Fran envain贸 su espada y se acerc贸 a Ian, diciendo con naturalidad: 

"Escuch茅 que este bosque es frecuentado por lobos demon铆acos. Preocupado de que corrieras peligro viajando solo, envi茅 a alguien a seguirte. Pero parece que me top茅 con esto yo mismo"

Ian se qued贸 at贸nito por un momento, y luego sinti贸 una mezcla de diversi贸n y asombro.

"¿Llamas a esto 'enviar a alguien'? Viniste t煤 mismo"

Fran sonri贸 con calma:

"Quiz谩s me siento m谩s tranquilo escolt谩ndote personalmente."

Ian se sinti贸 abrumado por emociones encontradas. Siempre hab铆a sido un solitario, acostumbrado a los peligros de viajar, pero esta era la primera vez que sent铆a la calidez de alguien que lo proteg铆a con tanta sinceridad. Susurr贸: 

"Gracias, Fran"

Viajando Juntos

Tras el rescate, Fran le propuso a Ian que viajara con 茅l.

"Ian, dijiste que eres un bardo errante, y yo tambi茅n soy un viajero. Quiz谩 podr铆amos viajar juntos; ser铆a m谩s agradable".

Ian dud贸. Siempre le hab铆a disgustado viajar con otros durante largos periodos, por temor a perder su libertad, pero el misterio y el atractivo de Fran lo impulsaban a conocerlo mejor.

"Bueno, ya que no te importa seguir a un artista callejero ambulante como yo, me encantar铆a tener compa帽铆a", dijo Ian con una sonrisa, extendi茅ndole la mano a Fran.

Fran le tom贸 la mano con un apret贸n firme y c谩lido. 

"Hecho".

[...]

Comunicaci贸n Durante el Viaje

A lo largo del viaje, Ian y Fran se fueron conociendo poco a poco. Ian tocaba el arpa y le contaba a Fran la inspiraci贸n de su poes铆a, mientras que Fran le contaba muchas de sus experiencias por el mundo, algunos lugares que Ian ni siquiera conoc铆a. Viajaron a trav茅s de bulliciosas ciudades y escalaron acantilados escarpados, desarrollando gradualmente una sutil complicidad.

Una noche, acamparon en la cima de una monta帽a, con vistas al vasto cielo estrellado.

"Ian, ¿alguna vez te has preguntado por qu茅 elegiste deambular?", pregunt贸 Fran de repente.

Ian baj贸 la mirada, acariciando su arpa, y respondi贸 suavemente: 

"Quiz谩s porque estoy buscando algo, o tal vez porque estoy huyendo de algo."

Fran guard贸 silencio un instante y luego susurr贸: 

"Entiendo ese sentimiento, porque yo tambi茅n estoy buscando..."

Ian la mir贸 con un atisbo de duda en los ojos: 

"¿Buscando qu茅?".

Fran contempl贸 el horizonte lejano, con la mirada perdida: 

"Respuestas. Sobre m铆 mismo, sobre este mundo"

Estas palabras conmovieron a Ian. Intuy贸 que el coraz贸n de Fran era m谩s complejo de lo que hab铆a imaginado, y que tal vez, sin saberlo, se hab铆a adentrado en un mundo m谩s profundo e impredecible que la poes铆a y los viajes.


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