Finalmente, se establecieron en un peque帽o y desconocido pueblo de pescadores.
En el laboratorio, a Yibao le hab铆an sacado un tubo de sangre. Jian Xiao estaba desconsolado, y desde entonces le dio a Yibao alimentos ricos en hierro y que ayudaban a la sangre, no se tranquiliz贸 hasta que Yibao estuvo de nuevo regordete y con buen color.
Yibao tem铆a que su peso superara al del Gordo, lo cual lo har铆a lucir terrible. Se negaba rotundamente a comer tanto.
"Esposo, ya estoy lleno."
"C贸mete un taz贸n m谩s."
"No."
Yibao luch贸 y huy贸, buscando refugio al lado de su t铆o.
Pero Li Hun ya no era el Li Hun de antes. Empuj贸 sin piedad a su peque帽o sobrino hacia Jian Xiao: "Xiao Bao, ahora tienes esposo. Tienes que escuchar a tu esposo."
Las palabras de Li Hui daban a entender que un sobrino casado era como agua derramada de un cuenco.
Yibao no tuvo tiempo de decir nada antes de ser cargado por Jian Xiao y llevado de vuelta.
La raz贸n por la que Li Hun no ten铆a tiempo para preocuparse por Yibao era porque se hab铆a enamorado, y su pareja era Chen Ke.
Cuando anunciaron su relaci贸n, la persona m谩s feliz no fue otra que Jian Xiao.
Li Hun finalmente no tendr铆a tanto tiempo libre para preocuparse por Yibao.
Sin las constantes reprimendas de Li Hui, Jian Xiao se volvi贸 a煤n m谩s desenfrenado, a menudo entreg谩ndose a pensamientos inapropiados a plena luz del d铆a.
El Gordo y Leizi no estaban tan contentos, porque en los d铆as siguientes tendr铆an que comer doble raci贸n de 'comida para perros' (PDA), y nadie estar铆a feliz.
A veces, el Gordo y Leizi realmente quer铆an formar un equipo para arrojar a Li Hun y a su esposa al mar, pero esa era solo una fantas铆a.
La relaci贸n entre Li Hui y Chen Ke es similar a la de la gente com煤n; no son tan cari帽osos como Jian Xiao y Yi Bao.
Li Hui no era tan posesivo como Jian Xiao; no controlaba constantemente a su pareja. Su relaci贸n era una forma normal de salir entre adultos.
Jian Xiao, en cambio... ejem... era un poco enfermizo... Pero Yibao estaba encantado con ello, y como era mutuo, nadie m谩s pod铆a opinar.
Yibao, que fue llevado de vuelta a la fuerza, se comi贸 otro taz贸n de gachas de rana de nieve. Estaba tan lleno que se acurruc贸 perezosamente en los brazos de Jian Xiao, sin querer moverse: "Esposo... no quiero comer tanto, voy a engordar y me ver茅 feo."
"¿Qui茅n dice que estar gordo te hace feo? No eres feo para nada. Eres hermoso de todas formas. Te ves lindo cuando est谩s un poco rellenito. Eres tan suave y adorable." Mientras hablaba, Jian Xiao bes贸 la mejilla cada vez m谩s regordeta de Yibao.
Yibao hab铆a ganado mucho peso recientemente, y la carne de su cara se hab铆a vuelto m谩s el谩stica. Se sent铆a como gelatina a punto de derretirse al morder, con una sensaci贸n carnosa fant谩stica y deliciosa. Jian Xiao casi quer铆a tragarse la mitad de la peque帽a cara de Yibao.
El rostro de Yibao se deform贸 por la fuerte succi贸n. Sent铆a como si le estuvieran arrancando la carne y, presa del p谩nico, se escondi贸 r谩pidamente a un lado, llorando: "No... Esposo... no lo hagas..."
Yibao gritaba lo mismo en la cama, lo que excit贸 la mente de Jian Xiao y le dio ganas de hacer otras cosas.
Yibao llevaba muchos d铆as sin descansar. Despu茅s de recuperar la sensibilidad al dolor, ten铆a un miedo especial a la intimidad con su esposo. Siempre le dol铆a despu茅s, especialmente al ir al ba帽o, la sensaci贸n de dolor se intensifica.
Yibao sinti贸 que Jian Xiao se excitaba. Se asust贸 tanto que se escondi贸 directamente en su propio espacio.
Jian Xiao mir贸 sus brazos vac铆os y la 'gran tienda de campa帽a' que se hab铆a levantado, con el rostro extremadamente sombr铆o.
El Gordo y Lei Zi fueron a pescar a la playa y tuvieron una buena pesca. Trajeron un cubo lleno de pescado para presumir ante el Maestro Jian, pero antes incluso de entrar, sintieron un escalofr铆o y no pudieron continuar.
El hermano menor de Lei Zi siempre le ha tenido miedo a Jian Xiao, y esta vez huy贸 inmediatamente.
El Gordo respir贸 hondo y le dijo a Leizi: "Hermano, juguemos al piedra, papel o tijera. El que pierda entra primero."
Leizi estuvo de acuerdo. Los dos jugaron a la puerta.
Jian Xiao escuch贸 sus voces desde adentro y, al ver que tardaban en entrar, grit贸: "¿Qu茅 hacen parados en la puerta?"
El Gordo y Leizi no tuvieron m谩s remedio que armarse de valor y entrar. Al ver que Yibao no estaba en la habitaci贸n, pudieron adivinar lo que hab铆a sucedido. Seguro que Yibao se hab铆a escondido de nuevo en el espacio. Esto suced铆a de vez en cuando. Cada vez que suced铆a, Jian Xiao se enfurec铆a, y los inocentes personajes secundarios siempre eran los que sufr铆an las consecuencias.
El Gordo dej贸 el balde de pescado y dijo: "Maestro Jian, Yibao saldr谩 pronto. No se enoje m谩s. En lugar de eso, mejor piense en c贸mo castigarlo."
Las palabras del Gordo ten铆an sentido. Jian Xiao dej贸 de estar enojado y sonri贸: "¿C贸mo crees que deber铆a castigarlo?"
Al ver la expresi贸n maliciosamente traviesa del Maestro Jian, el Gordo ya present铆a que algo malo le iba a pasar a Yibao.
Leizi, sin embargo, ten铆a una opini贸n diferente: "Maestro Jian, sugiero pagarle con la misma moneda. Si la Se帽ora se esconde de usted, usted tambi茅n deber铆a esconderse de la Se帽ora."
Si Jian Xiao se escond铆a de Yibao, 茅l tambi茅n sufrir铆a, pero este castigo ser铆a el m谩s efectivo.
Jian Xiao adopt贸 la sugerencia de Leizi y sali贸 a esconderse.
Yibao, que pod铆a o铆r todo desde el espacio, se alarm贸 al escuchar a su esposo decir que se ir铆a por unos d铆as. Sali贸 inmediatamente del espacio, aterrizando firmemente en los brazos de Jian Xiao, y lo abraz贸: "Esposo, no te vayas."
Yibao ya se hab铆a acostumbrado a tener a Jian Xiao a su lado. Se sentir铆a terrible si se separaban por un solo d铆a.
Jian Xiao mir贸 a Yibao, que hab铆a reaparecido,y deliberadamente puso cara de pocos amigos: "Pens茅 que ya no quer铆as a tu esposo."
Yibao replic贸 ansiosamente: "No es que no quiera."
Jian Xiao prosigui贸 con expresi贸n fr铆a: "¿Entonces por qu茅 siempre te escondes en tu espacio sin motivo alguno?"
Otros podr铆an pensar que Jian Xiao estaba siendo irracional y exagerando, pero imaginen que justo cuando la acci贸n estaba a punto de comenzar, o la flecha estaba tensada lista para ser disparada, la persona en sus brazos desapareciera de repente. No hay problema si sucede una o dos veces, pero si suced铆a a menudo, realmente podr铆a volver loco a cualquiera.
Jian Xiao no planeaba perdonar a Yibao tan f谩cilmente esta vez. Con cuidado, abraz贸 a la persona y la apart贸 suavemente: "Ya que no quieres estar conmigo, nos separaremos por unos d铆as."
Jian Xiao dijo esto intencionadamente para que Yibao lo oyera.
Yibao pic贸 el anzuelo y pens贸 que Jian Xiao lo iba a dejar. Inmediatamente se ech贸 a llorar, sollozando a gritos: "Wuwuwu... Me equivoqu茅... Esposo... no te vayas..."
Jian Xiao se cruz贸 de brazos: "Dijiste lo mismo la 煤ltima vez".
Yibao neg贸 con la cabeza entre l谩grimas: "No lo har茅 de nuevo."
"¿C贸mo puedo confiar en ti?" Jian Xiao adopt贸 una expresi贸n de profunda decepci贸n hacia Yibao.
Yibao se sinti贸 nervioso e intent贸 expresar su lealtad de todas las formas posibles. Se sent贸 sobre Jian Xiao por iniciativa propia y frot贸 su peque帽a cintura, sorbi茅ndose la nariz: "Esposo, puedes castigarme como quieras."
Jian Xiao ya no pudo fingir m谩s. Quer铆a comenzar justo despu茅s de que Yibao saliera del espacio. Logr贸 contenerse por un momento para bromear con Yibao, pero ya no pudo m谩s. Abraz贸 a la persona y se dirigi贸 a grandes zancadas hacia el dormitorio.
Esta vez, Yibao cooper贸 mucho y no se escondi贸 en el espacio.
Jian Xiao no lo tortur贸 demasiado. Terminaron en unas pocas horas, y luego llev贸 a un Yibao somnoliento al ba帽o para ducharse.
La ba帽era era bastante grande, pero Jian Xiao era bastante corpulento, y con Yibao a cuestas, apenas cab铆an. En cuanto entraron, el agua se desbord贸.
Jian Xiao tom贸 el jab贸n, lo enjabon贸 y se lo frot贸 por el cuerpo a Yibao: "Cari帽o, le pedir茅 a Lei Zi que prepare una olla de gachas de pescado. C贸metelas m谩s tarde antes de irte a dormir".
Jian Xiao siempre se preocupaba de que la sangre extra铆da de Yibao no se hubiera repuesto, as铆 que nunca olvidaba darle de comer tres veces al d铆a. Si Yibao no se despertaba por la ma帽ana, lo alzaba, le daba de comer y luego lo dejaba volver a dormir.
Con la forma en que Jian Xiao lo alimentaba, un comedor normal desarrollar铆a anorexia.
Yibao sent铆a que ahora ten铆a algunos s铆ntomas de anorexia. Se acurruc贸 en los brazos de Jian Xiao y murmur贸: "Esposo, no tengo hambre, no quiero comer..."
Jian Xiao, mientras ayudaba a Yibao a lavarse, dijo: "No comer es malo para el est贸mago."
Yibao cerr贸 los ojos y suplic贸: "No comer茅, no comer茅."
Jian Xiao, de forma inusual, consinti贸 a Yibao esta vez: "Est谩 bien, puedes comer m谩s tarde cuando tengas hambre".
Ahora no ten铆an que preocuparse por la comida. Pod铆an comer cuando tuvieran hambre, sin necesidad de ahorrar.
Jian Xiao hab铆a estado trabajando duro 煤ltimamente. Ten铆a callos gruesos en los dedos. Al frotar la piel de Yibao, se sent铆a como papel de lija, lo que dol铆a un poco y ahuyent贸 el sue帽o de Yibao.
Yibao ya no ten铆a sue帽o. Inclin贸 la cabeza, se apoy贸 en los brazos de Jian Xiao y murmur贸: "Esposo, son tan malos. No quieren que el apocalipsis termine..."
Yibao record贸 lo que dijo el investigador: que incluso si se desarrollaba la vacuna, solo se usar铆a para las clases altas, y los sobrevivientes de la clase baja solo tendr铆an que esperar la muerte.
"No les hagas caso, con tal de que nosotros estemos bien." El coraz贸n de Jian Xiao se ha encogido, y ya no le importan m谩s las personas; solo le importa Yibao.
Yibao hizo un puchero, sinti茅ndose algo triste. Quer铆a salvar a los dem谩s y que el apocalipsis terminara pronto, pero su sacrificio solo har铆a que la gente de la llamada clase alta viviera m谩s c贸modamente, sin poder salvar a los m谩s desfavorecidos que luchaban por sobrevivir.
Se cre铆a que, tras el apocalipsis, las clases sociales se reorganizar铆an, pero no fue as铆. Los poderosos y ricos siguieron controlando los mejores recursos, mientras que las clases bajas perecieron fuera de las murallas, sin siquiera tener derecho a entrar.
Como miembro de la 茅lite, Jian Xiao conoc铆a muy bien las reglas. Incluso si se reorganizaban, la tendencia terminar铆a siendo la misma. La historia era un ciclo, repitiendo los mismos errores una y otra vez. No ten铆a sentido intentar cambiarlo. Solo hab铆a que preocuparse por uno mismo.
"Cari帽o, no tienes ninguna obligaci贸n de salvar a nadie. No te culpes demasiado. No tiene nada que ver contigo. Solo tienes que complacer a tu marido."
"Cari帽o, no tienes la obligaci贸n de salvar a nadie. No te sientas tan culpable. No tiene nada que ver contigo. Solo tienes que complacer a tu esposo, eso es suficiente."
Yibao se ri贸, levant贸 la cabeza y bes贸 a Jian Xiao: "Esposo, me alegro mucho de haberte conocido."
Jian Xiao le devolvi贸 el beso: "Yo tambi茅n."
Yibao sonri贸 con satisfacci贸n. Era la persona m谩s afortunada de todo el apocalipsis.
La sensaci贸n de ser mimado y cuidado en todo momento hace que Yibao sienta que su existencia tiene sentido.
Jian Xiao sent铆a lo mismo; la sensaci贸n de que alguien confiaba en 茅l le hac铆a sentir que su vida ten铆a sentido.
Por muy mala que sea la situaci贸n, el amor sigue siendo rom谩ntico y precioso.
Como dec铆a la frase, bajo el apocalipsis, sobre la tierra bald铆a, su amor era como un gran fuego artificial, floreciendo eternamente en los corazones del otro, hasta la muerte.
[FIN DE LA NOVELA]
馃槉 Finalmente hemos llegado hasta el final y solo nos queda 1 extra con un t铆tulo bastante interesante. Muchas gracias a todos por haber seguido esta traducci贸n.

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