Cap铆tulo 90: Jian Xiao y Yi Bao tienen una guerra fr铆a

      


Cap铆tulo 90: Jian Xiao y Yi Bao tienen una guerra fr铆a

Jian Xiao, quien estaba siendo criticado, no estaba muy enojado ni avergonzado. En cambio, el rostro de Yibao se puso m谩s rojo de lo que ya estaba, como si la persona de la que hablaban, la que se exced铆a hasta casi llegar a la deficiencia renal, fuera 茅l.

Tras escuchar esto, el hombre gordo mir贸 a Jian Xiao y a Yibao con sorpresa, y luego record贸 lo que vio anoche. ¿Ser谩 que el Maestro Jian no llevaba a Yibao a ver la luna, sino que... se estaba divirtiendo? Era realmente audaz, digno del Maestro Jian.

Jian Xiao frunci贸 el ce帽o: 

"¿Por qu茅 me miras?"

El hombre gordo baj贸 r谩pidamente la cabeza y comi贸 su arroz a grandes bocados.

Li Hun no se atrevi贸 a decir demasiado. Despu茅s de todo, 茅l y Yibao estaban comiendo en el espacio de Jian Xiao. Ser铆a mejor decir menos.

Jian Xiao es una persona desvergonzada y no le importar铆a que lo criticaran. Sin embargo, Yibao es susceptible y, tras ser criticado, quiz谩 no se atreva a hacer algo tan atrevido con Jian Xiao.

Justo cuando Jian Xiao quiso alimentar a Yibao con sus propias manos, Yibao se neg贸.

"Esposo... yo... comer茅 solo"

Yibao quiso coger los palillos.

Jian Xiao, sin dar explicaciones, tir贸 al suelo todos los palillos sobrantes de la mesa y fingi贸 decir:

"Estos palillos se han ca铆do al suelo y no se pueden usar".

Los dem谩s sab铆an lo que pasaba, pero prefirieron observar en silencio. Li Hun quiso hablar, pero el hombre gordo lo detuvo y le meti贸 comida en el plato. 

"Hermano Hun, come m谩s. Est谩 delicioso"

Jian Xiao se concentr贸 en burlarse de Yibao: 

"Solo se puede usar el par que tengo".

Eran pareja y esas bromas eran razonables y legales. Li Hun observaba mientras mord铆a con sa帽a la pata de pollo.

Sin palillos, Yibao se vio obligado a comer la comida que Jian Xiao le llev贸 a la boca con sus propias manos.

Habr铆a estado bien si simplemente la alimentara, pero Jian Xiao insisti贸 en que Yibao se sentara en su regazo. Esta postura era demasiado ambigua.

Jian Xiao tiene una buena proporci贸n corporal, es alto y fuerte. Yibao es como un ni帽o peque帽o en sus brazos, y no hay ninguna incongruencia al sostenerlo. Los gordos est谩n acostumbrados a ver gente gorda, y solo Yibao se siente avergonzado.

A Jian Xiao le gusta tener el control porque teme perder, as铆 que necesita estar seguro de todo. Le pasa lo mismo con Yibao: su posesividad es demasiado fuerte.

Despu茅s de terminar la comida, los hombres se fueron al campo a desherbar. Hab铆a llovido hace unos d铆as y la maleza crec铆a muy r谩pido, hasta m谩s alta que las pl谩ntulas. El Gordo y los dem谩s estaban quitando las malas hierbas.  

Jian Xiao abraz贸 a Yibao y se sent贸 a la sombra de un 谩rbol. Us贸 el m茅todo que el gordo le hab铆a ense帽ado antes para ense帽arle a Yibao a tejer saltamontes con hierba.

Yibao se sent贸 a horcajadas sobre los muslos de Jian Xiao, observando a su esposo tejer con mucha atenci贸n.

Jian Xiao entrenaba deliberadamente sus dedos en su tiempo libre, para poder tejer r谩pido y bien.

Jian Xiao le entreg贸 el saltamontes tejido a Yibao: 

"¿Es incre铆ble tu marido?"

Yibao me apoy贸 mucho: 

"Mi marido es incre铆ble".

Jian Xiao sonri贸 y bes贸 a Yibao en la mejilla, luego pregunt贸 en voz baja: 

"¿En qu茅 aspecto soy el m谩s genial?"

Yibao pens贸 por un momento y respondi贸 en voz baja: 

"En todos los aspectos eres genial".

Efectivamente, era muy poderoso en todos los aspectos, y pocos pod铆an compararse.

"Dime con detalle qu茅 aspectos son", continu贸 bromeando Jian Xiao. No se rendir铆a f谩cilmente hasta que la persona quisiera buscar un escondite.

Yibao estaba demasiado avergonzado para decir algo espec铆fico, por lo que se limit贸 a decir vagamente: 

"En muchos sentidos... todos son incre铆bles..."

Jian Xiao sab铆a que no podr铆a obtener ning煤n detalle, as铆 que cambi贸 de tema: "¿Te gusta?"

Yibao asinti贸 vigorosamente: 

"Me gusta".

Jian Xiao sonri贸 alegremente y bes贸 con cuidado la boca de Yibao durante unos minutos.

M谩s tarde, el rostro de Yibao se sonroj贸 y se apoy贸 aturdido en los brazos de Jian Xiao, sosteniendo el saltamontes de paja en su mano, jugando con 茅l inconscientemente.

Despu茅s de que el gordo y los dem谩s arrancaron todas las malas hierbas, y vieron que el crecimiento en esas parcelas de tierra era bueno, planearon abrir unas cuantas parcelas m谩s y plantar otras verduras, frutas y melones.

Mientras ellos estaban ocupados, Jian Xiao llev贸 a Yibao a la colina de atr谩s. No era exactamente una monta帽a, sino una gran loma con algunos 谩rboles frutales. Como nadie los hab铆a cuidado durante mucho tiempo, muchos frutos hab铆an sido comidos por insectos.

Jian Xiao recogi贸 algunas frutas que no hab铆a mordido, las limpi贸 en su ropa y se las dio a Yibao.

Yibao mordi贸 uno de la mano de Jian Xiao. Era agridulce. No sab铆a c贸mo se llamaba esta peque帽a fruta silvestre. No era muy grande, similar a una cereza, dura, y ten铆a un hueso muy peque帽o adentro.

Yibao escupi贸 el coraz贸n de la fruta, extendi贸 la mano para tomar una del 谩rbol, la limpi贸 en su manga y se la dio a Jian Xiao.

Jian Xiao le pidi贸 descaradamente a Yibao que lo alimentara con su boca.

Si no fuera porque Jian Xiao ten铆a un rostro impecable, Yibao ya se habr铆a escapado de sus insinuaciones.

Yi Bao finalmente no acept贸 alimentarlo con la boca y recogi贸 algunas frutas para guardarlas en su bolsillo.

En el camino de regreso, Yibao se recost贸 en la espalda de Jian Xiao y le rog贸 en voz baja: 

"Esposo, ¿puedes ser m谩s comedido?"

Yibao no est谩 acostumbrado a hacer cosas vergonzosas delante de su t铆o.

Jian Xiao sinti贸 que ya lo hab铆an contenido lo suficiente, de lo contrario habr铆a llevado a Yibao de la sala de estar a la cocina, luego de la cocina al ba帽o y finalmente de regreso al dormitorio.

Jian Xiao no ten铆a intenci贸n de cambiar: 

"¿No te gusta que te trate de esta manera?"

La voz de Yibao se hizo a煤n m谩s peque帽a: 

"No".

Yibao, que desde peque帽o no hab铆a sido muy querido, disfrutaba mucho siendo mimado por Jian Xiao, pero aun as铆 quer铆a ser m谩s discreto frente a su t铆o.

Jian Xiao h谩bilmente le devolvi贸 la pregunta a Yibao: "

"¿De verdad quieres que me contenga?"

Cuando le hicieron esta pregunta, Yibao no supo qu茅 responder. ¿Y si le dec铆a que deb铆a ser m谩s comedido? ¿Desaparecer铆a el amor que Jian Xiao sent铆a por 茅l actualmente?

Jian Xiao insisti贸: 

"Resp贸ndeme. Si quieres que me contenga, lo har茅 de inmediato".

Jian Xiao dijo esto solo para asustar a Yibao. No es el tipo de persona que se contenga solo porque se lo digan. Siempre hace lo que quiere.

Pero Yibao logr贸 asustarse. Sus ojos se enrojecieron y se sinti贸 un poco agraviado. Sin embargo, sab铆a que no ten铆a motivos para sentirse agraviado, as铆 que se oblig贸 a contenerse. Entonces dijo en voz muy baja y humilde: 

"Solo un poquito... solo un poquito...".

Jian Xiao sigui贸 caminando. Las espinas del camino le rasparon las pantorrillas hasta hacerles sangrar, pero no le import贸. 

"No tengo sentido de la medida, y no s茅 c贸mo controlarme con un 'poquito'. Para m铆, ese 'poquito' podr铆a convertirse en mucho. Entonces, ¿a煤n quieres que me contenga?"

Ahora que las cosas han llegado a este punto, sab铆a que lo que Jian Xiao quiere decir es que no quiere contenerse.

Yibao lo entendi贸, pero aun as铆 asinti贸, pidi茅ndole que se contuviera un poco.

Al ver que Yibao le ped铆a que se contuviera, Jian Xiao sinti贸 de repente que Yibao quiz谩 a煤n no comprend铆a lo que es el amor. Tambi茅n era cierto que a煤n era joven e ignorante, y que esta bestia lo hab铆a enga帽ado para que se acostara con 茅l.

Si Yibao entendiera lo que es el amor, no le importar铆a tanto y se entregar铆a por completo.

Despu茅s de bajar la colina y llegar a terreno llano, Jian Xiao baj贸 a Yibao de su espalda y le dijo: 

"Cari帽o, entonces camina t煤 solo. Voy a contenerme."

Jian Xiao hizo esto a prop贸sito.

Yibao no tiene experiencia en el amor, no sabe c贸mo reparar la relaci贸n y sigui贸 a Jian Xiao tontamente.

No hab铆a muchos baches en el suelo llano, pero Yibao estuvo a punto de caer varias veces, porque solo miraba la espalda de Jian Xiao, sin prestar atenci贸n al camino bajo sus pies.  

El Gordo y los dem谩s hab铆an despejado otro pedazo de tierra bald铆a, plantando tomates, berenjenas y otras verduras. La eficiencia de los tres juntos era r谩pida. Cuando terminaron de trabajar, se sentaron bajo el 谩rbol a beber agua y descansar unos minutos.

Mientras el Gordo y los dem谩s descansaban, vieron que el Maestro Jian se acercaba. De inmediato notaron que algo no andaba bien.  

Jian Xiao caminaba solo al frente, y Yibao lo segu铆a, muy rezagado. Parec铆a que hab铆an discutido.

Li Hun tambi茅n lo not贸. Al ver que Xiaobao hab铆a sido agraviado, frunci贸 el ce帽o con tristeza.

El hombre gordo pregunt贸 directamente: 

"Maestro Jian, ¿tuvo una pelea con Yibao?"

Jian Xiao respondi贸 con rigidez: 

"No".

Jian Xiao solo quer铆a darle a Yibao algo de tiempo para pensar y dejar que Yibao experimentara la sensaci贸n de no tener su mimo constante y para ver si no se sent铆a inc贸modo.

Yibao no dijo nada, pero sigui贸 lentamente con la cabeza gacha.

Li Hun se levant贸 r谩pidamente y jal贸 a Yibao hacia su lado: 

"Xiaobao, ¿te han hecho da帽o?"

Yibao neg贸 con la cabeza. Fue 茅l quien le pidi贸 a Jian Xiao que se contuviera. Fue su culpa.

El Gordo ten铆a miedo de que el Maestro Jian no pudiera captar la medida y terminara en el crematorio cuando , por lo que se acerc贸 silenciosamente y dijo: 

"Maestro Jian, ya es suficiente. Vaya y consu茅lelo".

"Esperar茅 a que Yibao venga a buscarme 茅l mismo." 

Si Yibao se arroja a sus brazos, inmediatamente lo levantar谩, lo besar谩, lo abrazar谩 y lo sostendr谩 en alto. No solo lo consolar铆a, sino que har铆a lo que fuera. Jian Xiao solo estaba esperando que Yibao se arroje a sus brazos por su propia voluntad.

El Jian Xiao que no es arrogante no es el Jian Xiao que el hombre gordo conoce.

El hombre gordo ya no intent贸 persuadirlo.

Yibao mir贸 a Jian Xiao en secreto y, al ver que su esposo tambi茅n lo estaba mirando, se sinti贸 un poco aliviado.

Durante la cena, Yibao se sent贸 inusualmente frente a Jian Xiao, al lado de Li Hun.

Jian Xiao normalmente recog铆a comida para Yibao, pero no lo hizo esta vez.

Yibao ni siquiera se sirvi贸 comida y s贸lo comi贸 unos cuantos bocados de arroz.

Afortunadamente, Li Hun estaba justo a su lado y recog铆a algo para su peque帽o tesoro de vez en cuando.

El hombre gordo le dio un codazo a Jian Xiao: 

"Maestro Jian, esto no puede seguir as铆".

"Es decisi贸n de Yibao". 

Jian Xiao lo hab铆a dicho varias veces en aquel entonces. No sab铆a c贸mo contenerse, pero Yibao simplemente no le hac铆a caso.

A la hora de acostarse, Yibao se qued贸 en la sala, sin saber d贸nde dormir. Sinti贸 que tal vez su esposo no querr铆a dormir con 茅l.

Jian Xiao no lo llam贸, simplemente dej贸 la puerta del dormitorio abierta, invitando a Yibao a entrar en cualquier momento. Despu茅s de esperar una hora, nadie apareci贸. Jian Xiao se pas贸 la mano por el pelo con frustraci贸n.

Al final no pude soportarlo m谩s y me levant茅 para echar un vistazo.

Vi a ese peque帽o tonto parado en la sala de estar, aturdido, sus tobillos expuestos estaban rojos por el fr铆o.

Jian Xiao se acerc贸 enojado, alz贸 a la persona en sus brazos, la llev贸 de regreso a la habitaci贸n, la meti贸 en la colcha y luego sostuvo los peque帽os pies fr铆os de Yibao en sus manos para ayudarlos a calentarlos.


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