La Primera Aparici贸n de la Crisis
El cielo del Continente Oscuro estaba cubierto por pesadas nubes, la neblina parec铆a oprimir profundamente el coraz贸n de las personas. Ian y Fran caminaban entre el denso bosque; las motas de luz filtr谩ndose a trav茅s de las ramas se reflejaban en ellos, pero los alrededores estaban inusualmente silenciosos. Algunas aves que pasaban se agitaron de repente, aleteando y volando lejos, haciendo que Ian frunciera ligeramente el ce帽o.
"La atm贸sfera aqu铆 no se siente bien", Ian detuvo sus pasos, su mano acarici贸 suavemente el arpa, como si estuviera sintiendo algo.
Fran, por su parte, escudri帽贸 los alrededores. Un fr铆o brillo se asom贸 d茅bilmente en sus ojos negros: "La concentraci贸n de energ铆a demon铆aca es demasiado alta; no es natural."
Ian levant贸 la vista hacia Fran, bromeando: "No me digas que esta sensaci贸n la est谩s emanando t煤, ¿verdad? Despu茅s de todo, eres el 'Rey Demonio' del Continente Oscuro."
Fran sonri贸 con indiferencia, cruzando los brazos sobre el pecho, y respondi贸 deliberadamente con una voz grave y majestuosa: "Entonces, ¿no deber铆as arrodillarte? Bardo."
Ian contuvo la risa e hizo una reverencia exagerada: "Mis respetos, Su Majestad el Gran Rey Demonio."
Mientras los dos interactuaban, un rugido bestial y agudo son贸 de repente en la distancia. Los dos se pusieron alerta al instante. Fran desenvain贸 la espada de su cintura, e Ian salt贸 谩gilmente a un 谩rbol grande, usando el arpa en sus manos para tocar una barrera, previniendo posibles emboscadas alrededor.
"Cuidado, este sonido parece haber sido provocado por alg煤n est铆mulo", dijo Fran, y luego dio un salto, volando en direcci贸n al sonido.
"¡Oye! ¡Esp茅rame!", Ian se dio la vuelta y salt贸 del 谩rbol, persigui茅ndole con ligereza.
Cooperaci贸n Durante la Investigaci贸n
Siguiendo el sonido, llegaron a una aldea remota. El peque帽o pueblo, originalmente tranquilo, estaba ahora impregnado de una intensa hostilidad y caos. Varios enanos estaban discutiendo ferozmente con el clan de las hadas, mientras los aldeanos se retiraban, temiendo ser arrastrados al conflicto.
"¡Malditas hadas! ¡Seguro que hab茅is robado nuestros minerales!", grit贸 el l铆der enano, blandiendo su martillo.
"¡Tonter铆as! ¡Nosotros, el clan de las hadas, no necesitamos vuestros malditos minerales! ¡Vosotros fuisteis los primeros en apoderaros de nuestra fuente de agua!", el l铆der del clan de las hadas no cedi贸, su bast贸n m谩gico emit铆a un d茅bil resplandor.
La atm贸sfera en ambos lados era tensa. Justo cuando una mel茅 estaba a punto de estallar, Fran, que frunc铆a el ce帽o y se preparaba para intervenir, fue detenido por Ian.
"D茅jamelo a m铆", dijo Ian, acariciando suavemente las cuerdas del arpa. Una melod铆a suave y meliflua fluy贸 de sus dedos.
La m煤sica se extendi贸 como ondas de agua. La atenci贸n de los enanos y las hadas fue atra铆da gradualmente, y la ira que se hab铆a disparado pareci贸 ser calmada por la suave melod铆a. Luego, Ian comenz贸 a cantar; su voz gentil parec铆a llevar magia, golpeando directamente el coraz贸n de las personas:
"Convivimos en esta misma tierra, ¿por qu茅 dejar que el odio oculte el sol?" "Ojal谩, al mirar atr谩s, pod谩is ver la luz de vuestra amistad."
Cuando la canci贸n termin贸, la ira de los enanos y las hadas se hab铆a calmado considerablemente. Se miraron, y aunque todav铆a hab铆a algo de duda, al menos hab铆an dejado de blandir sus armas.
Fran aprovech贸 la oportunidad para avanzar, y su voz grave y llena de majestad reson贸: "¿Qui茅n de vosotros puede garantizar que detr谩s de este conflicto no hay un tercero aviv谩ndolo? Estamos investigando una conspiraci贸n de una fuerza misteriosa, y vuestra disputa es muy probable que sea su medio."
El l铆der enano y el l铆der de las hadas se quedaron at贸nitos al mismo tiempo, intercambiaron una breve mirada y luego bajaron la cabeza.
"Lo siento, fuimos cegados por las emociones", suspir贸 el l铆der enano.
El l铆der de las hadas tambi茅n asinti贸: "Investigaremos cuidadosamente para evitar ser utilizados de nuevo."
Ian y Fran intercambiaron una mirada, ambos con un rastro de aprobaci贸n en sus ojos.
"Realmente eres apto para ser un Rey", Ian palme贸 el hombro de Fran, con una sonrisa en sus labios.
Fran arque贸 ligeramente una ceja, su tono tranquilo pero lleno de significado: "Y t煤 eres mi otra mitad del alma."
El Verdadero Enemigo
Continuando con la investigaci贸n, descubrieron que la mira apuntaba a un enemigo familiar: los remanentes de los hombres de t煤nica negra. Estas personas hab铆an intentado manipular a Ian, utilizando su inigualable poder espiritual para revivir un artefacto maligno. El n煤cleo de esta conspiraci贸n estaba incluso relacionado con las ruinas mencionadas en los diarios de viaje del abuelo de Ian.
"¿Qu茅 m谩s quieren?", Ian se apoy贸 exhausto en un 谩rbol, con el ce帽o fruncido.
"A ti", respondi贸 Fran simplemente, su tono sin embargo con una frialdad indiscutible. "Ellos conocen la peculiaridad de tu alma. Por suerte, Carlo ya elimin贸 esa maldici贸n, de lo contrario las consecuencias habr铆an sido inimaginables."
Ian levant贸 la cabeza para mirar a Fran, y una leve sonrisa se curv贸 en sus labios: "Esta vez, es gracias a vuestro clan de dragones, y a ti."
Fran lo mir贸 fijamente, con un atisbo de ternura cruzando sus ojos: "Te promet铆 que, mientras yo estuviera aqu铆, no permitir铆a que nadie te hiciera da帽o."
El cuartel general de los hombres de t煤nica negra se encontraba en la profundidad de un ca帽贸n escondido, rodeado por una densa niebla, solo la d茅bil luz de la luna apenas pod铆a penetrar. Ian y Fran se escondieron detr谩s de una roca, observando la situaci贸n. Dentro del cuartel, se pod铆an ver d茅bilmente varios hombres de t煤nica negra instalando una matriz m谩gica; en el centro hab铆a un cristal que emit铆a una extra帽a luz azul. Las runas destellaban alrededor del cristal, que evidentemente estaba acumulando alg煤n tipo de poder maligno.
"Parece que quieren usar ese cristal para despertar algo", Ian baj贸 la voz, con el ce帽o fruncido.
"Quiz谩s sea un poder antiguo sellado aqu铆", analiz贸 Fran con calma. "Si tienen 茅xito, todo el Continente Oscuro estar谩 en peligro."
Ian apret贸 el arpa, riendo en voz baja: "Entonces tendremos que hacerles saber que no hemos venido a mirar."
Fran lo mir贸 de reojo, su tono con preocupaci贸n: "Esta vez no te exceda, yo te cubrir茅."
Ian arque贸 una ceja, diciendo con fingida despreocupaci贸n: "Tranquilo, mi compa帽ero de alma. En esta batalla, lucharemos codo a codo."
Con una nota clara de arpa, Ian rompi贸 el silencio primero. Toc贸 una melod铆a de batalla de ritmo apasionado. Las ondas sonoras barrieron a los hombres de t煤nica negra como cuchillas afiladas, haci茅ndolos dispersarse y retroceder. Los enemigos reaccionaron r谩pidamente. Uno de ellos agit贸 su bast贸n, disparando una energ铆a oscura hacia Ian.
"¡Cuidado!", grit贸 Fran en voz baja, blandiendo r谩pidamente su espada para cortar la energ铆a. Las chispas volaron. Dio un salto, cargando directamente hacia el centro de la formaci贸n enemiga; la luz de su espada atraves贸 la densa niebla como un rayo.
"¡Fran!", Ian corri贸 detr谩s de 茅l, su figura 谩gil se mov铆a entre los enemigos, esquivando a veces y saltando con ligereza en otras. Mientras tocaba, cantaba. La melod铆a era a veces alta y estridente, a veces baja y profunda, como si narrara las historias heroicas de antiguos guerreros.
Los enemigos intentaron bloquear sus movimientos, pero cada vez que un hombre de t煤nica negra se acercaba, las ondas sonoras los repel铆an como una barrera invisible. La canci贸n de Ian no solo perturb贸 la mente de los enemigos, sino que tambi茅n infundi贸 fuerza en Fran, haciendo que su velocidad de espada y su potencia fueran m谩s r谩pidas y feroces.
La batalla se intensific贸 hasta el punto de ebullici贸n. Los hombres de t煤nica negra comenzaron a invocar monstruos m谩s poderosos. Una sombra negra gigante emergi贸 del cristal, con forma de drag贸n-serpiente, envuelta en llamas azul profundo. Abri贸 su gran boca, y un rugido hizo eco por todo el ca帽贸n.
"Esto no es bueno", dijo Ian, jadeando mientras se retiraba junto a Fran.
Fran mir贸 fijamente al monstruo, pero una fr铆a sonrisa se curv贸 en sus labios: "No es m谩s que una imitaci贸n de bajo nivel. El poder de un Drag贸n Verdadero, es incapaz de imitarlo."
Tan pronto como termin贸 de hablar, una poderosa aura negra estall贸 en todo el cuerpo de Fran. Sus pupilas brillaron ligeramente de rojo, y el contorno de alas de drag贸n apareci贸 d茅bilmente detr谩s de 茅l. Levant贸 su espada frente a su pecho y le dijo a Ian en voz baja: "Ian, necesito que me cubras para este golpe."
"Entendido", Ian asinti贸 sin dudarlo, tocando r谩pidamente una melod铆a. Su m煤sica ya no era solo para interferir con el enemigo, sino que infund铆a el poder de su propia alma en ella, formando una barrera s贸lida.
"Vamos, veamos qu茅 puede hacer el verdadero Rey Drag贸n Negro", dijo Ian sonriendo, con un brillo de confianza en sus ojos.
Fran rugi贸 y salt贸 hacia el monstruo. Su espada se transform贸 en un rayo de luz negra, rasgando el cielo y apu帽alando directamente el pecho del monstruo. El impacto masivo destroz贸 las paredes de roca circundantes, y las piedras se dispersaron. El monstruo lanz贸 un grito de dolor, tratando de luchar, pero el poder de Fran lo domin贸, aplast谩ndolo por completo.
El cristal se hizo a帽icos con la destrucci贸n del monstruo, y la energ铆a maligna se disip贸 instant谩neamente. Los hombres de t煤nica negra, al ver que la situaci贸n era mala, comenzaron a retirarse. Sin embargo, Fran no los dej贸 ir. Pisote贸 el suelo y dijo con voz fr铆a: "¿Os atrev茅is a tocar a mi persona, y pens谩is salir vivos?"
Mientras sus palabras ca铆an, varios hombres de t煤nica negra fueron derribados instant谩neamente al suelo, sin atreverse a moverse m谩s.
Cuando la batalla termin贸 por completo, Ian se sostuvo con dificultad, pero a medida que los nervios tensos en su mente se relajaban, sus piernas comenzaron a fallar. No pudo evitar caer hacia adelante, justo en los brazos que Fran ya hab铆a abierto.
"Ten cuidado", susurr贸 Fran, sosteniendo su fr谩gil cuerpo. Su palma estaba c谩lida y firmemente apoyada en su espalda. "Siempre me haces preocuparme."
Ian se apoy贸 en el hombro de Fran, sintiendo los latidos constantes de su coraz贸n. No pudo evitar re铆r suavemente, su tono con un toque de burla agotada: "¿De verdad? Pero recuerdo que la actuaci贸n de cierto Rey Drag贸n Negro tambi茅n fue bastante arriesgada hace un momento."
Fran baj贸 la mirada hacia 茅l, con las comisuras de sus labios ligeramente levantadas: "Eso es porque s茅 que no importa qu茅, me cubrir谩s la espalda."
Ian levant贸 la vista para encontrarse con su mirada. Sus pupilas oscuras estaban ahora llenas de ternura y consuelo. Sonri贸 y palme贸 suavemente el pecho de Fran, diciendo en tono de broma: "As铆 que, yo soy la raz贸n por la que te vuelves fuerte, ¿verdad?"
"As铆 es", la respuesta de Fran fue concisa pero indiscutible. Extendi贸 la mano para abrazar a Ian m谩s fuerte y a帽adi贸 en voz baja: "Pero t煤 tambi茅n debes recordar que eres la raz贸n por la que no voy a perder, pase lo que pase."
La sonrisa en el rostro de Ian se volvi贸 gradualmente m谩s suave. Cerr贸 suavemente los ojos, apoy谩ndose en el pecho de Fran, y susurr贸: "Mientras te tenga a ti, mi viaje nunca ser谩 solitario."
Fran inclin贸 la cabeza, depositando un beso en la frente de Ian, y respondi贸 con voz grave y tierna: "Y t煤 eres mi destino."

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