Tras la huida del enemigo oculto de las ruinas, Ian y Fran siguieron un sendero sinuoso, adentr谩ndose poco a poco en el bosque. Al caer la noche, la quietud del bosque se mezclaba con el trinar de insectos y p谩jaros. Sin embargo, Ian ten铆a la sensaci贸n de que algo no encajaba; parec铆a haber una opresi贸n a su alrededor, como si un par de ojos ocultos en la oscuridad los observaran con frialdad.
"Alguien nos sigue", le susurr贸 Ian a Fran al o铆do. Su voz era suave como una brisa, pero con un dejo de inquietud.
"Lo s茅", respondi贸 Fran con voz tranquila, y un brillo g茅lido brill贸 en sus pupilas negras. "No son un oponente simple. Nos han estado siguiendo durante dos d铆as. Su objetivo probablemente sea la bola de cristal y tu amuleto".
Ian frunci贸 el ce帽o y, sin darse cuenta, sus dedos tocaron el amuleto que llevaba al cuello.
"¿De verdad es tan importante? Solo es una reliquia de mi abuelo..."
"Si es importante o no, no nos corresponde a nosotros decidirlo" Fran mir贸 al frente, sin perturbar el ritmo de sus pasos, y a帽adi贸 en voz baja: "Creo que tambi茅n han visto resonar el orbe y el amuleto. No importa. Ya que se atrevieron a venir, m谩s les vale estar preparados para pagar las consecuencias".
Ian forz贸 una sonrisa, pero una sensaci贸n de inquietud persist铆a en su interior. Hab铆a experimentado muchos peligros desde ni帽o, pero jam谩s hab铆a presenciado una persecuci贸n tan l煤gubre y misteriosa. Se ajust贸 el arpa al cuerpo y apret贸 con fuerza la empu帽adura de su cuchillo, prepar谩ndose para un posible enfrentamiento.
Emboscada en la Oscuridad
Aquella noche, los dos acamparon en lo profundo del bosque. Ian se sent贸 junto a la hoguera, tocando su arpa y tarareando una melod铆a suave, como para animarse a s铆 mismo o para enmascarar su ansiedad interior.
Fran estaba sentado cerca, con los ojos cerrados. La luz de la hoguera iluminaba su atractivo perfil, hipnotizando a Ian. Aunque sol铆a ser un tipo callado, este misterioso drag贸n negro siempre le transmit铆a una silenciosa sensaci贸n de tranquilidad.
"No mires m谩s" dijo Fran, abriendo los ojos de repente y con una leve sonrisa burlona "Si sigues mirando, tendr谩s que pagar"
Ian hizo una pausa y esboz贸 una sonrisa maliciosa.
"Pues ten cuidado. Siempre he sido pobre y no puedo permitirme precios tan exorbitantes"
Mientras charlaban despreocupadamente, un viento g茅lido los envolvi贸 y la hoguera parpade贸. Los sonidos del bosque parecieron desvanecerse al instante, dejando solo un silencio sepulcral.
"Ah铆 vienen" dijo Fran con voz grave y mirada penetrante. Desenvain贸 la espada, cuya hoja brillaba fr铆amente a la tenue luz del fuego.
Con susurros inquietantes, figuras vestidas de negro surgieron de todas direcciones. Sus figuras, silenciosas y fantasmales, rodearon a Ian y Fran.
"Entreguen el amuleto y el orbe de cristal, y les perdonaremos la vida"
La figura principal, vestida de negro, sali贸 de entre la multitud, con su bast贸n resplandeciendo con una misteriosa luz azul. Su voz era fr铆a e implacable.
"Imposible" respondi贸 Fran con frialdad, interponi茅ndose entre Ian y 茅l, bloque谩ndole la vista.
Ian susurr贸:
"Fran, son muchos..."
"¿Y qu茅 si son muchos?", Fran lo mir贸 de reojo, con una firmeza inquebrantable en su voz. "Mientras yo est茅 aqu铆, nadie te lastimar谩."
El l铆der de las figuras vestidas de negro sonri贸 con desd茅n y blandi贸 su bast贸n. Una niebla negra se alz贸 de repente a su alrededor, extinguiendo la hoguera y sumiendo el lugar en una oscuridad infinita.
El Preludio a la Batalla
"Ian, ac茅rcate" susurr贸 Fran.
Sin embargo, Ian ya se hab铆a escabullido 谩gilmente hacia un lado, desenvainando su arpa y rozando suavemente las cuerdas con la punta de los dedos. Una onda de sonido n铆tido atraves贸 la niebla, disipando algunas sombras y permitiendo a Fran ver claramente la posici贸n del enemigo.
"Muy bien" asinti贸 Fran con espada en mano, y carg贸 contra el enemigo. Sus movimientos eran fulminantes, cada golpe impactando con precisi贸n contra los hombres de t煤nica negra. Sin embargo, el enemigo era tan numeroso que parec铆a imposible acabar con todos.
"¡Fran!", grit贸 Ian, usando ondas s贸nicas para repeler a los hombres de t煤nica negra que intentaban acercarse sigilosamente. Sus ojos reflejaban ansiedad, pero sus movimientos eran perfectamente firmes. Cada nota era como una hoja que desgarraba la formaci贸n enemiga.
"Estoy bien", respondi贸 Fran, con voz tranquila. Blandi贸 su espada para cortar el bast贸n de uno de los hombres de t煤nica negra, con la mirada fija en el l铆der.
Este ri贸 de repente y blandi贸 su bast贸n con violencia. La niebla negra se espes贸 de nuevo, atrapando a Ian en su interior.
El sacrificio de Ian
"¡Ian!", rugi贸 Fran, blandiendo su espada hacia la niebla negra, solo para ser enredado por m谩s hombres de t煤nica negra.
Dentro de la niebla, a Ian le costaba cada vez m谩s respirar. Apret贸 los dientes y, con su 煤ltimo aliento, grit贸:
"¡Fran, d茅jame!".
Fran observ贸 la figura envuelta en la niebla, y una inusual expresi贸n de p谩nico apareci贸 en sus ojos. Blandi贸 su espada con todas sus fuerzas, intentando romper el cerco enemigo, pero este parec铆a preparado y trat贸 desesperadamente de bloquear su ataque.
En ese momento cr铆tico, la voz de Ian reson贸 desde la niebla negra:
"Quieren esto, ¿verdad? ¡T贸menlo!".
Al apagarse su voz, una luz plateada surgi贸 de la niebla y alcanz贸 la mano del l铆der de los hombres de t煤nica negra.
"¡Jajaja! Por fin...". La risa del l铆der ces贸 de repente, y el amuleto en su mano estall贸 con una luz deslumbrante, envolvi茅ndolo a 茅l y a los dem谩s hombres de t煤nica negra.
Cuando la luz se desvaneci贸, los hombres de t煤nica negra desaparecieron. Ian cay贸 de rodillas, p谩lido, con un rastro de sangre en la comisura de los labios.
"¡Ian!". Fran corri贸 hacia 茅l, agarr谩ndolo del hombro, con los ojos llenos de profunda preocupaci贸n.
"Est谩 bien... solo estoy un poco cansado" dijo Ian con una d茅bil sonrisa forzada.
"¿Est谩s loco?", Fran lo rega帽贸 en voz baja, con un tono que no pod铆a ocultar su angustia. "Eso era lo que te proteg铆a."
Ian levant贸 la cabeza, con una mirada firme y clara: "No quiero volver a perder a alguien importante."
Fran guard贸 silencio un instante, le apret贸 el hombro a Ian con cari帽o y susurr贸: "Gracias."
Ambos parecieron sumidos en recuerdos lejanos y permanecieron en silencio durante un largo rato.

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