馃敒 Extra IF: El due帽o del castillo hipnotiza a Ian (Parte 1)

    



馃敒 Extra IF: El due帽o del castillo hipnotiza a Ian (Parte 1)

⚠️ Nota de Advertencia de Contenido: Este cap铆tulo extra contiene material de naturaleza ligeramente er贸tica, as铆 como temas de hipnosis y control mental. Se ruega discreci贸n. 

────・:✧∙✦∙✧:・────

"Ian, ven aqu铆."

La cabeza de Ian comenz贸 a divagar repentinamente, sus brillantes ojos 谩mbar se obsesionaron gradualmente, como si solo viera a Hadris.

Como una mascota llamada por su due帽o, camin贸 d贸cilmente y con naturalidad hacia Hadris, mirando fijamente sus profundos y encantadores ojos azules, esperando la siguiente instrucci贸n de su amo.

Hadris suspir贸 con satisfacci贸n, examinando a Ian con el mismo escrutinio que si se tratara de una obra de arte rara y exquisita.

Extendi贸 lentamente su mano derecha y levant贸 suavemente la barbilla de Ian. El zafiro de su dedo 铆ndice brill贸 contra el exquisito rostro de Ian.

"Eres tan hermoso, Ian", exclam贸 Hadris, acariciando inconscientemente con los dedos la suave piel de Ian.

Ian se estremeci贸 imperceptiblemente por un instante, sintiendo un ligero hormigueo recorrer los lugares donde aquellos dedos delgados y 谩giles lo hab铆an tocado, una oleada de excitaci贸n e impulso que lo invadi贸 como una descarga el茅ctrica.

Era Hadris, a trav茅s del contacto 铆ntimo de su piel, infundiendo a Ian con su poder hipn贸tico y manipul谩ndolo su voluntad. 

Ian sinti贸 c贸mo todo su cuerpo se calentaba. Sus emociones se intensificaron y se volvieron ligeras con el toque de Hadris, mientras que sus pensamientos se nublaban y se volv铆an cada vez m谩s pesados.

Lo 煤nico que Ian pod铆a percibir con claridad en ese momento era el tacto delicado como una pluma de Hadris.

Se desliz贸 desde su rostro hasta su cuello, hombros y espalda, bajando hasta su espalda baja antes de que aquella pluma juguetona y provocadora se posara, con cierta reticencia, en la zona lumbar de Ian.

Aquella mano, aparentemente poderosa pero a la vez reacia, que se demoraba con una punzada de deseo, atrajo a Ian hacia s铆 con un agarre suave pero firme.

"Ian, obedece".

Hadris acarici贸 con ternura los mechones de cabello ligeramente revueltos que ca铆an sobre la frente de Ian, coloc谩ndolos detr谩s de su oreja.

La mente de Ian, ahora completamente entregada a la voluntad de Hadris, estaba totalmente cautivado por 茅l. Cada palabra y acci贸n de Hadris era una dulce tentaci贸n y recompensa que le hac铆a salivar.

Sinti贸 el tacto de Hadris y la estimulaci贸n de su magia, y no pudo evitar temblar levemente. Sus labios se entreabrieron inconscientemente y dej贸 escapar un suspiro de satisfacci贸n. En el fondo, Ian sent铆a que aquello estaba mal. No deb铆a ceder a tentaciones que no le pertenec铆an. Necesitaba salir de all铆, ten铆a que llegar hasta esa persona. Esa persona... esa persona... ¿qui茅n...?

Mientras la cabeza de Ian palpitaba y luchaba por pensar, Hadris contemplaba los labios carnosos y apetitosos de Ian, frot谩ndolos peligrosamente de un lado a otro mientras continuaba intensificando la magia.

Los pensamientos ca贸ticos de Ian volvieron a la realidad de golpe, y se estremeci贸 incontrolablemente. Esta vez, un impulso indescriptible lo invadi贸 como una ola.

Ian jade贸 levemente, con los ojos puros, llenos de duda y un toque de excitaci贸n inconsciente. Mir贸 a Hadris con una expresi贸n completamente directa y dependiente, ajeno al profundo deseo que se arremolinaba en los ojos de Hadris, amenazando con desbordarse de sus ojos azules como el mar.

Al ver la mirada inocente y tierna de Ian, Hadris sinti贸 c贸mo su deseo interior se despertaba con fuerza, de forma inadvertida. Su leve preocupaci贸n inicial por los c谩lculos del Se帽or Drag贸n Negro fue arrasada al instante por un deseo abrumador de posesi贸n y abuso.

Hadris volvi贸 a acariciar los delicados labios de Ian, esta vez con un control a煤n m谩s intenso que antes.

Ian sinti贸 al instante una descarga el茅ctrica, m谩s fuerte que antes, recorriendo los nervios sensibles de sus labios, alcanzando cada rinc贸n de su cuerpo, incluso estimulando nervios en ciertas zonas. 

Ian jade贸 de sorpresa, un sonido te帽ido de un dejo de dolor y una indescriptible y placentera satisfacci贸n.

Como si recibiera permiso, Hadris bes贸 los labios entreabiertos de Ian.

Su poderosa lengua, suave pero dominante, invadi贸 su boca, conquistando cada cent铆metro de la sensible cavidad oral de Ian.

Ian intent贸 retroceder por reflejo, pero Hadris lo sujet贸 firmemente por la cintura, presionando su cuerpo a煤n m谩s contra el suyo.

Ian inclin贸 la cabeza hacia atr谩s ligeramente, sus labios presionados con fuerza contra los de Hadris, su lengua entrelaz谩ndose involuntariamente con la suya, guiada y provocada por Hadris. Ian sinti贸 oleada tras oleada de una electricidad desenfrenada y estimulante recorrer su lengua, acompa帽ando el beso continuo.

Hadris canalizaba energ铆a hipn贸tica hacia Ian a trav茅s de su lengua. La sensible y delicada lengua de Ian se vio abrumada por las sutiles corrientes el茅ctricas.

Ian yac铆a inerte en el abrazo opresivo de Hadris, con la boca entreabierta, soportando pasivamente el flujo incesante de energ铆a hipn贸tica y la ofensiva abrumadora, acept谩ndolo todo con sumisi贸n y 茅xtasis, respondiendo al ritmo de Hadris con ferviente devoci贸n. 

Intuyendo la reacci贸n de Ian, Hadris entrecerr贸 los ojos ligeramente, girando el cuerpo de Ian contra la pared, con la espalda apoyada en ella. Continu贸 sus besos intensificados, profundiz谩ndolos, mientras su mano izquierda acariciaba peligrosamente las caderas y los muslos de Ian. Luego, levant贸 la pierna derecha de Ian, gui谩ndolo para que la enroscara alrededor de su cintura.

Ian ya estaba completamente desorientado por los besos, e instintivamente enrosc贸 su pierna alrededor de la de Hadris, solo para encontrar su miembro ya erecto presionado con fuerza contra algo caliente y duro.

Ian gir贸 la parte inferior de su cuerpo confundido, tratando de identificar el objeto desconocido, pero entonces oy贸 a Hadris dejar escapar un jadeo ahogado. De repente, Hadris hundi贸 con fuerza los dedos en las suaves y firmes nalgas de Ian, levant谩ndolo mientras sus piernas estaban abiertas de par en par y sus muslos se entrelazaban alrededor de su cintura, y lo llev贸 hasta la cama.

Durante el movimiento, sus dos erecciones, sensibles por la congesti贸n, se rozaron y presionaron involuntariamente, provocando un cosquilleo de placer en Ian.

Despu茅s de que Hadris sentara a Ian en el borde de la cama, Ian segu铆a absorto en el placer de frotar sus erecciones. En esta posici贸n ambigua, con las piernas abiertas y presionadas contra la erecci贸n de Hadris, inconscientemente frot贸 su erecci贸n palpitante contra el miembro igualmente caliente y duro de Hadris.

Hadris, excitado por el comportamiento juguet贸n de Ian, perdi贸 la raz贸n y solo deseaba desnudar a este peque帽o diablillo seductor y obligarlo a tumbarse en la cama para hacer lo que quisiera.

Justo cuando arroj贸 a Ian sobre la cama, prepar谩ndose para bajarle los pantalones y disfrutar plenamente de 茅l, una presi贸n aterradora lo lanz贸 hacia atr谩s, estrell谩ndolo violentamente contra la pared donde acababa de besar a Ian, dejando un gran y antiest茅tico agujero.

"¡Fuera de aqu铆!", reson贸 inesperadamente la fr铆a ira contenida del Se帽or Drag贸n Negro, Fran.

Ian sinti贸 un par de manos fuertes y poderosas acariciando suavemente su rostro acalorado. Record贸 el nombre del due帽o de esas manos.

"...Fran... ¿has venido...?".

Fran lo abraz贸 con fuerza, como si hubiera encontrado un tesoro perdido.

"Lo siento. ¿Llego tarde?".

Ian sonri贸 d茅bilmente. 

"No... has llegado justo a tiempo...".

El hechizo hipn贸tico dentro de Ian se disip贸 gradualmente bajo la presi贸n del aura de drag贸n de Fran.

Fran lo abraz贸 con fuerza, acarici谩ndole la espalda para consolarlo, diciendo: "Eso es bueno". Luego revis贸 cuidadosamente el cuerpo de Ian en busca de heridas, deteni茅ndose un instante al ver cierto punto, antes de decir con indiferencia: "Est谩 bien. Te ayudar茅 en un momento, no te preocupes."

El calor en el cuerpo de Ian a煤n se intensificaba y agitaba con pasi贸n en el lugar donde Hadris hab铆a lanzado el hechizo.

Ten铆a la piel y los nervios inusualmente sensibles y calientes, pero sus extremidades estaban fl谩cidas y completamente inertes.

Logr贸 extender la mano y agarrar el cuello de Fran, susurr谩ndole al o铆do: 

"De acuerdo".


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Facebook Wattpad Instagram
Ko-Fi PayPal