Cap铆tulo 87: ¿Te duele?
Jian Xiao se tap贸 los o铆dos, temiendo haber o铆do mal. Tras confirmarlo, abraz贸 a Yibao y le dijo:
"Cari帽o, ll谩mame otra vez para que te escuche".
La cara de Yibao se sonroj贸, pero bajo la presi贸n, 茅l se arm贸 de valor y grit贸 nuevamente:
"Esposo".
La voz era muy fina y suave, con ese tono juvenil e inmaduro caracter铆stico de un adolescente. Al o铆rla, Jian Xiao sinti贸 que se le derret铆a el coraz贸n. Lo apret贸 contra el panel de la puerta y le dio un beso apasionado. Sus lenguas se entrelazaron y sus bocas se llenaron del sabor del otro.
En ese momento, Jian Xiao no sab铆a c贸mo expresar su alegr铆a. Solo pod铆a convertir su raz贸n en acci贸n y poner todo su amor en ello, dejando que Yibao sintiera su entusiasmo.
Afortunadamente, Yibao no ha recuperado el dolor, as铆 que puede aceptar este fuerte amor. Sin embargo, a煤n no puede aceptarlo psicol贸gicamente. Despu茅s de todo, algo tan grande fue devorado as铆... as铆.
Yibao no pod铆a creer que 茅l realmente pudiera consumir algo as铆. Estaba tan conmocionado que se qued贸 aturdido por un tiempo, antes de murmurar dos palabras:
"No..."
Jian Xiao le bes贸 la mejilla:
"Beb茅, ¿te duele?"
Yibao no sinti贸 nada en absoluto, por supuesto que no le dol铆a, pero verlo con sus propios ojos todav铆a lo hac铆a parecer un poco incre铆ble en su mente.
Jian Xiao no se apresur贸 a moverse. Carg贸 a Yibao y lo sent贸 en la cama:
"Te daba de comer as铆, ¿te acuerdas?".
Cuando mencion贸 esto, la cara de Yibao se puso roja nuevamente.
Al parecer, lo record贸. Jian Xiao sonri贸 y dijo:
"Eras codicioso en aquel entonces. Espero que puedas serlo un poco m谩s en el futuro. No importa si comes mucho. Puedo mantenerte".
Yibao: "..."
Yibao no sab铆a qu茅 responder, por lo que t铆midamente enterr贸 su rostro en el pecho de Jian Xiao y grit贸 suavemente:
"Esposo".
Yibao recordaba todo lo sucedido en el pasado. Tras convertirse en zombi, Jian Xiao segu铆a dispuesto a cuidarlo. Este tipo de amor verdadero no es algo que cualquiera pueda dar.
Cuando Yibao pens贸 en c贸mo Jian Xiao lo limpiaba con cuidado y se ocupaba de su comida, bebida, defecaci贸n y orina sin importarle que oliera mal, ¿c贸mo podr铆a no amarlo?
Incluso si Yibao no fuera gay, se habr铆a enamorado de Jian Xiao sin dudarlo, porque Jian Xiao merec铆a ser amado.
Yibao levant贸 sus peque帽as manos y abraz贸 fuertemente el cuello de Jian Xiao, queriendo que este amor fuera m谩s intenso.
Por supuesto, la ferocidad tiene consecuencias. Al d铆a siguiente, ambos se levantaron al mediod铆a.
Aunque Yibao no siente dolor, ni mucho menos dolor de espalda, siente que sus extremidades est谩n un poco r铆gidas, como si no pudiera moverse, como si hubiera sido amputado.
Jian Xiao vio que estaba despierto, as铆 que lo levant贸 de la cama y puso sus grandes manos sobre su flexible cintura. Admiti贸 que hab铆a sido un poco brusco la noche anterior y lo ayud贸 a frotarse con remordimiento:
"Cari帽o, ¿te duele aqu铆?"
Yibao no sent铆a dolor, pero no quer铆a moverse. Se apoy贸 perezosamente en Jian Xiao, como un cuerpo inmovil.
Jian Xiao lo llev贸 en brazos a la sala de estar. Li Hun y los dem谩s ya estaban almorzando, pero les hab铆an reservado una porci贸n.
Cuando todos vieron a Jian Xiao cargando a Yibao, supieron que estaban juntos nuevamente.
Tanto el gordo como Lei Zi pensaron que val铆a la pena celebrarlo, pero Li Hun parec铆a bastante indiferente, como un padre que llorar铆a al enviar a su hija a casarse. ¿Qui茅n podr铆a alegrarse cuando le roban el repollo de su familia?
Jian Xiao llev贸 a Yibao a la mesa del comedor y se sent贸.
Frente a su t铆o, Yibao todav铆a era demasiado t铆mido para sentarse directamente en el regazo de Jian Xiao, por lo que luch贸 un par de veces y expres贸 su deseo de bajar y sentarse a su lado.
Jian Xiao lo agarr贸 por la cintura y no lo dej贸 moverse:
"Cari帽o, te dar茅 de comer lo que quieras".
Li Hun estaba muy feliz de ver a Jian Xiao adorando tanto a Yibao.
Yibao estaba indefenso y no pod铆a resistirse, por lo que s贸lo pudo cooperar.
La habilidad de Jian Xiao para alimentar a otra persona ya era muy h谩bil y Yibao est谩 bien cuidado.
Yibao se mostr贸 un poco resistente al principio, despu茅s de todo, ten铆a manos y pies sanos, pero luego se acostumbr贸.
Hay que saber que Jian Xiao es muy posesivo y controlador. Lo 煤nico que Yibao puede hacer es obedecer. Si se resiste, recibir谩 un castigo, como una nalgada. Es una verg眉enza que le den nalgadas delante de tanta gente.
Despu茅s de comer, Jian Xiao llev贸 a Yibao al balc贸n para disfrutar de la brisa marina y el sol, y repas贸 sus recuerdos. Como Jian Xiao tem铆a que Yibao no lo recordara del todo, quiso analizar con cuidado cada detalle de lo sucedido.
"Cari帽o, cuando te encontr茅, estabas encerrado en el ba帽o, sin poder abrir la puerta, aullando y gritando. Te rescat茅, pero quisiste morderme. Luego te at茅, y te tranquilizaste. Despu茅s, us茅 golosinas para que me siguieras. Fuiste tan cr茅dulo que me preocupaba que otros pudieran enga帽arte con el mismo truco, pero afortunadamente no sucedi贸. Sigues siendo m铆o, has sido m铆o desde el principio hasta el final..."
Jian Xiao dijo muchas, muchas cosas. Recordaba todos los detalles con claridad, como si hubieran sucedido ayer. Precisamente porque le importaba, lo recordaba tan bien.
Yibao se conmovi贸 mucho al o铆r esto. Se alegr贸 de que Jian Xiao lo hubiera recogido; de lo contrario, no sab铆a cu谩l ser铆a su situaci贸n actual. Podr铆a haber muerto hace mucho tiempo, o alguien m谩s lo habr铆a recogido. Pero, por suerte, fue Jian Xiao quien lo recogi贸. Amaba mucho a este hombre. Nunca hab铆a amado a nadie tan profundamente.
Yibao abraz贸 a Jian Xiao con los ojos rojos:
"Esposo... no me dejes".
Los padres de Yibao fallecieron prematuramente, y 茅l viv铆a con su t铆o. Aunque su t铆o tambi茅n le daba cari帽o, era diferente del amor de su padre y su madre.
Pero ahora, Jian Xiao compensa el amor que le falta a Yibao.
Jian Xiao abraz贸 a Yibao por la cintura y prometi贸 solemnemente:
"No te preocupes, no me ir茅 jam谩s. Ni se te ocurra dejarme. Si te atreves a irte, te mantendr茅 aqu铆 aunque tenga que romperte las piernas".
Yibao hizo pucheros, queriendo decir algo en refutaci贸n, pero se dio por vencido.
Los dos estaban cari帽osos en el balc贸n, y hab铆a tres bombillas en la sala de estar, mir谩ndolos con sus ojos brillantes.
Li Hui: "¿Qu茅 hacen llorando y riendo al mismo tiempo?"
Gordo: "Tal vez sintieron que la comida de ahora no estaba tan sabrosa".
Lei Zi: "Imposible, ¿todav铆a no conf铆as en mis habilidades culinarias?"
El hombre gordo bromeaba, por supuesto. A simple vista, not贸 que Jian Xiao y Yibao hablaban con el coraz贸n, y ambos estaban profundamente conmovidos. Solo pod铆an envidiar un amor tan hermoso.
Las tres bombillas ol铆an el agrio olor del amor, lo que las puso celosas hasta la muerte.
Li Hun, un hombre de casi cuarenta a帽os, no pod铆a ver esto. Sus ojos se enrojecieron en secreto. Para que el Gordo y los dem谩s no se dieran cuenta, se gir贸 r谩pidamente.
Pero el hombre gordo a煤n not贸 que algo andaba mal con 茅l, as铆 que levant贸 la mano y la enganch贸 alrededor de su hombro:
"Hermano Hun, ¿qu茅 te pasa?"
Li Hun se frot贸 los ojos con el dorso de la mano:
"Est谩 bien, solo tengo un poco de arena en los ojos".
Cada vez que a alguien se le pon铆an los ojos rojos, dec铆a que le hab铆a entrado arena. Esto se hab铆a convertido en una mentira convencional.
Lei Zi pregunt贸:
"¿De d贸nde sali贸 la arena de la casa?"
A Li Hun le parec铆a muy vergonzoso que alguien de su edad todav铆a tuviera los ojos rojos. La reputaci贸n era lo m谩s importante para los hombres. Se dio la vuelta enojado:
"¿Por qu茅 me miran?".
Li Hun tambi茅n pas贸 por momentos dif铆ciles. Cuando estaba a punto de presentar el examen de ingreso al posgrado, su hermana falleci贸, dej谩ndole al joven Yibao a su cargo. Tuvo que renunciar al examen de ingreso al posgrado y cuidar de Yibao mientras trabajaba.
Mientras trabajaba, Yibao fue dejado en una guarder铆a infantil. Las t铆as all铆 dec铆an que Yibao se portaba muy bien y nunca lloraba por su madre, a diferencia de otros ni帽os que lloraban y buscaban a sus madres despu茅s de estar un tiempo al cuidado de sus padres.
En ese momento, Li Hun no se sinti贸 aliviado al escuchar esto, sino apenado. Su madre ya hab铆a fallecido hace mucho tiempo, ¿a d贸nde ir铆a a buscarla?
Cuando estaba en la escuela, Yibao nunca hac铆a que los dem谩s se preocuparan y tampoco dio problemas. Era muy obediente, a diferencia de los ni帽os normales que jugaban y se peleaban, Yibao se portaba tan bien que angustiaba a la gente.
De hecho, Li Hun cree que es mejor que los ni帽os sean m谩s bulliciosos y en茅rgicos.
Al ver a Yibao y Jian Xiao juntos, llorando, haciendo ruidos y riendo, pens贸 que era genial.
Por fin, alguien vino a cuidar bien de Yibao. Por eso Li Hun llor贸.
El hombre gordo le dio una palmadita en el hombro:
"Est谩 bien, todo termin贸".
Aunque el Gordo no sab铆a por lo que hab铆an pasado, ahora todo estaba bien.
Li Hun asinti贸:
"S铆, gracias a Jian Xiao, le confiar茅 Yibao a partir de ahora".
El hombre gordo sonri贸 y dijo:
"No te preocupes, el Maestro Jian cuidar谩 bien de Yibao".
"S铆."
Li Hun tambi茅n lo cre铆a.
La brisa del mar en el balc贸n todav铆a era demasiado fuerte, haciendo que el cabello de la gente fuera un desastre.
El peinado de Jian Xiao hab铆a desaparecido. Abraz贸 a Yibao y regres贸 a la sala de estar.
Vio a Li Hun y al hombre gordo abraz谩ndose y anim谩ndose mutuamente.
Jian Xiao mir贸 los ojos h煤medos de Li Hun y pregunt贸:
"¿Qu茅 pasa?"
Li Hun se sec贸 los ojos y dijo:
"Nada en particular. Solo... cu铆dense mucho. Tienen que estar muy bien".
Jian Xiao dijo sin piedad:
"No te preocupes, incluso si no est谩s bien, estaremos bien".
Li Hun: "..." ¡Qu茅 falta de coraz贸n!
Jian Xiao no era realmente cruel. Al ver que estaban aburridos, sac贸 varios tel茅fonos m贸viles de su espacio y se los lanz贸.
El hombre gordo estaba extasiado:
"Maestro Jian, ¿no dijo que no ten铆a ninguno antes?"
Jian Xiao pregunt贸:
"¿Quieres jugar o no?"
El Gordo, temiendo que se los pidiera de vuelta, se apresur贸 a abrazarlos:
"¡Por supuesto que quiero jugar!".
Tras adquirir celulares, los tres se volvieron adictos a los celulares y jugaban a juegos infantiles que no requer铆an internet. Por otro lado, Jian Xiao llev贸 a Yibao a jugar a juegos para adultos.
Yibao era muy t铆mido las dos primeras veces, y sigui贸 siendo t铆mido despu茅s.
Especialmente cuando Jian Xiao dec铆a algunas palabras obscenas, Yibao enterraba su cabeza fuertemente en la almohada.
Por amor, Yibao puede aceptar todo lo que Jian Xiao hace.
Jian Xiao pareci贸 darse cuenta de esto tambi茅n, por lo que oblig贸 a Yibao a decir "Esposo, te amo" una y otra vez hasta que qued贸 satisfecho.

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