Cap铆tulo 39: Atar a Yibao y llev谩rselo lejos
La cara regordeta de Yibao se puso roja de repente de tanto llorar. Sus pesta帽as rizadas se humedecieron y se pegaron en peque帽os mechones, lo cual fue desgarrador de ver.
El coraz贸n de Jian Xiao se abland贸 con el llanto. Baj贸 la cabeza y bes贸 los suaves labios de Yibao. Al principio los mordi贸 con fuerza varias veces, luego suaviz贸 gradualmente el beso y los sabore贸 con delicadeza.
Yibao ya hab铆a bebido Wangzai antes y tambi茅n hab铆a recogido algo de basura para comer. El sabor en su boquita era un poco complejo, pero a Jian Xiao no le disgust贸. Lo bes贸 con cari帽o un rato antes de separarse. Chasque贸 los labios, saboreando el sabor, y pregunt贸:
"¿Otra vez estuviste recogiendo cosas del suelo para comer? ¿No tienes dulces y galletas en la mochila?"
La peque帽a bolsa en el pecho de Yibao est谩 llena de muchos dulces y galletas, pero 茅l se muestra reacio a comerlos porque tiene miedo de que desaparezcan despu茅s de comerlos, por lo que quiere guardarlos para m谩s tarde.
Tras ser besado por el Gran Rourou, Yibao a煤n sent铆a un ligero sabor a carne en la boca. Tambi茅n chasque贸 los labios y se olvid贸 de llorar.
Jian Xiao levant贸 la mano y frot贸 las comisuras rojas de los ojos de Yibao con el pulgar. Dijo con voz ronca:
"No est茅s corriendo por todos lados. Me preocupas"
Pens贸 que hab铆a perdido a Yibao, pero por suerte lo encontr贸.
Yibao, con afecto, se frot贸 un poco contra la palma de la Gran Carne. 脡l tampoco quer铆a irse, pero la Gran Carne ya no pod铆a mantenerlo.
"Aoao..."
Jian Xiao entendi贸 y frunci贸 el ce帽o:
"¿Crees que no puedo mantenerte?"
Yibao asinti贸.
Si no hubiera espacio, Jian Xiao podr铆a no ser capaz de mantener a Yibao, pero ahora tiene espacio para almacenar comida y ha intentado que la comida almacenada en ese espacio no se eche a perder, por lo que ahora puede decir con confianza: "Puedo mantenerte".
"No te preocupes, definitivamente puedo mantenerte esta vez. Mira..." Jian Xiao sac贸 de su espacio un paquete de leche saborizada, cuatro cajitas peque帽as en total.
Despu茅s de ver esto, Yibao rasc贸 la palma de Jian Xiao, curioso por saber c贸mo sucedi贸.
Jian Xiao no dio explicaciones. Abri贸 una caja, insert贸 una pajita y se la dio al ni帽o.
Yibao no bebi贸. Neg贸 con la cabeza, segu铆a queriendo irse y no quedarse al lado de la Gran Carne.
El rostro de Jian Xiao se oscureci贸 y parec铆a un poco infeliz:
"¿Ya no te gusto?"
Yibao no asinti贸 ni neg贸. Solo se retorci贸 intentando levantarse para irse.
Jian Xiao sostuvo a Yibao en su regazo con una mano, su rostro se oscureci贸 a煤n m谩s mientras preguntaba:
"¿A d贸nde crees que vas?"
"Maestro Jian."
Tras encontrar a Jian Xiao, el gordo se acerc贸 trotando. Al ver que el Maestro Jian no hab铆a regresado, sali贸 a buscarlo preocupado. Al o铆r disparos, se acerc贸 a echar un vistazo. Los humanos armados ya se hab铆an ido. Por suerte, el Maestro Jian y el Maestro Yi estaban bien.
Jian Xiao ignor贸 por completo al gordo. Mir贸 fijamente a Yi Bao y pregunt贸 con un tono m谩s serio:
"Si te vas de mi lado, ¿A d贸nde vas a ir?".
Yibao es solo un peque帽o zombi. No es un ser humano, as铆 que no tiene ning煤n objetivo. Tras dejar a Jian Xiao, vag贸 por las calles haciendo lo que un zombi deber铆a hacer.
El gordo not贸 que la atm贸sfera estaba tensa y no se acerc贸 m谩s. Se qued贸 a cierta distancia, escuchando a escondidas.
Yibao no dijo una palabra, fue Jian Xiao quien hizo las preguntas.
El Maestro Jian estaba de mal humor. Tras hacer algunas preguntas sin obtener respuesta, le pidi贸 al gordo que sacara la cuerda de escalada de su mochila, at贸 a Yibao directamente, se lo carg贸 al hombro y dijo con voz firme:
"Vamos"
"S铆."
Respondi贸 el gordo, entonces recogi贸 sus cosas y lo sigui贸. Era como un peque帽o secuaz que segu铆a a un l铆der bandido, y Jian Xiao era el l铆der bandido que secuestr贸 a la novia.
Yibao grit贸 y Jian Xiao despeg贸 un caramelo y le tap贸 la boca.
S贸lo despu茅s de salir de la ciudad y llegar a los suburbios donde no hab铆a zombis, Jian Xiao por fin baj贸 a Yibao.
A Yibao no le gustaba estar atado, as铆 que se retorc铆a inquieto y daba vueltas sin descanso.
Jian Xiao se sent贸 contra un 谩rbol para descansar. Coloc贸 a Yibao, quien estaba atado como una cris谩lida de gusano de seda, en su regazo y dijo:
"Si a煤n quieres irte, te mantendr茅 atado as铆".
Aunque Yibao estaba atado, Jian Xiao no lo trat贸 mal y sac贸 una caja Wangzai para alimentarlo.
Al principio, Yibao no quer铆a beberlo, por lo que Jian Xiao fingi贸 d谩rselo al gordo.
Yibao estaba descontento, r谩pidamente abri贸 la boca y tom贸 un sorbo.
Beb铆a por arriba, pero por abajo goteaba; esta vez era por el agujero en su est贸mago, y fue as铆 como Jian Xiao not贸 que Yibao ten铆a un orificio en el abdomen, atravesado por una bala.
La capacidad de autocuraci贸n de los zombis era d茅bil; necesitaban comer carne humana para cerrar heridas como esa. La mirada de Maestro Jian se desvi贸 hacia el gordo.
El gordo entendi贸 r谩pidamente el significado en los ojos del Maestro Jian. Agit贸 las manos y retrocedi贸 apresuradamente:
"Maestro Jian, mi carne sabe fatal. El Maestro Yi ya la prob贸 la 煤ltima vez".
Jian Xiao retir贸 la mirada y luego se cort贸 la palma con un cuchillo sin dudarlo.
Yibao not贸 que la Gran Carne estaba sangrando en la palma, as铆 que, despu茅s de terminar de beber la leche, se apresur贸 a acercarse para ayudar a Jian Xiao a lamer toda la sangre.
Una cantidad tan peque帽a de sangre estaba lejos de ser suficiente y no tendr铆a mucho efecto, por lo que Jian Xiao volvi贸 a cortarse la mu帽eca.
El hombre gordo observaba aterrorizado desde un costado. No esperaba que el Maestro Jian se cortara las mu帽ecas directamente para dejar fluir la sangre.
"Jian... Maestro Jian, ¿Est谩 bien?"
Yibao se sinti贸 angustiado al ver a la Gran Carne lastim谩ndose. Empez贸 a aullar, como rega帽谩ndolo. Luego continu贸 ayudando a lamer la sangre que sal铆a.
Yibao solo lam铆a la sangre que flu铆a; no chupaba directamente la herida. Lo hac铆a para limpiar, no porque quisiera beber sangre.
El corte de Jian Xiao fue superficial y la hemorragia se detuvo enseguida. Pregunt贸:
"Yibao, ¿Quieres beber m谩s?".
Yibao vio que el rostro y los labios de la Gran Carne se hab铆an puesto p谩lidos, y se frot贸 la cabeza contra 茅l dos veces con dolor:
"Ahhh".
Yibao no quiere ver a la Gran Carne lastimada, ni quiere beber su sangre.
Al ver que Yibao se preocupaba por 茅l, Jian Xiao volvi贸 a sonre铆r y pregunt贸 d茅bilmente:
"¿Todav铆a planeas dejarme?"
Yibao se resist铆a a dejar a la Gran Carne. Solo tem铆a comerse toda la comida de Jian Xiao y que este tuviera hambre. Adem谩s, no ten铆a sentido que se quedara con la Gran Carne. No pod铆a hacer nada m谩s que comer, y com铆a demasiado.
Con los ojos enrojecidos, Yibao se acurruc贸 contra el pecho de la Gran Carne con un dejo de llanto en su voz:
"Gran Carne".
Jian Xiao baj贸 la cabeza, apoyando su frente contra la de Yibao. Aquel Maestro Jian, siempre altivo y arrogante, baj贸 el rostro y, con una voz humilde y suave, dijo:
"Por favor, no me dejes, ¿De acuerdo?".
"Ahh..." Yibao es un in煤til. No puede ayudar a la Gran Carne y desperdicia comida.
Con solo mirar a los ojos de Yibao, Jian Xiao casi supo lo que dec铆a:
"La comida es para comerla. Si no la comes, la tirar茅 toda".
Cuando Yibao escuch贸 que la Gran Carne iba a tirar la comida, se puso ansioso.
Jian Xiao sonri贸 y bes贸 a Yibao en la mejilla:
"Entonces, ¿Por qu茅 no te quedas y me ayudas a terminarla? Puedes irte despu茅s de terminarla, si no, ser铆a un desperdicio tirarla toda".
Yibao acept贸 de mala gana.
Luego, Jian Xiao ayud贸 a Yibao a desatar las cuerdas que lo ataban.

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