Cap铆tulo 31: Yibao...Vete...
La relaci贸n entre Jian Xiao y Yi Bao es ambigua, y el hombre gordo lo ha notado. Resulta que los ricos tienen aficiones diferentes y son un poco pervertidos. Sin embargo, considerando la apariencia de Yi Bao, es normal que a Jian Xiao le guste.
El hombre gordo se acerc贸 con cara desvergonzada y pregunt贸: "Maestro Jian, ¿Es este su amante?"
El t铆tulo de "amante" a煤n le resultaba un poco desconocido a Jian Xiao, y se sent铆a un poco aturdido. Aunque hac铆a tiempo que hab铆a dicho delante de otros que Yibao era su novio, era solo una broma, pues fue un anuncio unilateral, y Yibao a煤n no hab铆a expresado su opini贸n.
Adem谩s, Jian Xiao es una persona dominante y autoritaria. Quiere poseer todo lo que le interesa. Yibao es algo que le interesa, as铆 que har谩 todo lo posible por mantenerlo a su lado. Sin embargo, el inter茅s y el amor son dos cosas diferentes.
Jian Xiao no entiende el amor. No sabe si ama a Yibao, pero est谩 seguro de que siente un gran inter茅s por 茅l. Sin embargo, a eso no se le puede llamar amor.
Jian Xiao respondi贸: "Todav铆a no".
El hombre gordo comprendi贸 inmediatamente que Yibao era s贸lo un peque帽o amante.
Un peque帽o amante puede ser abandonado en cualquier momento, as铆 que el hombre gordo no tiene intenci贸n de complacer a Yibao. Solo quiere complacer a Jian Xiao. Lo m谩s importante es aferrarse a este muslo.
Con el gordo ahora cargando las cosas, Jian Xiao pudo llevar consigo ollas, platos y utensilios, as铆 pod铆an cocinar en el camino y no ten铆an que masticar pan fr铆o y duro todo el tiempo.
El hombre gordo parece cubierto de grasa, pero es muy resistente. No se queja de cansancio ni siquiera cargando con tantas cosas. Es un lacayo trabajador y dispuesto.
Jian Xiao solo llevaba una peque帽a bolsa con art铆culos importantes, y tambi茅n carg贸 a Yibao, quien ten铆a pereza de caminar. Fue mucho m谩s f谩cil que antes.
Yibao estaba acostado sobre el cuerpo de Jian Xiao, comiendo la mitad del tiempo y durmiendo la otra mitad, tal como los peque帽os lechones en el corral.
El hombre gordo vio con sus propios ojos lo r谩pido que Yibao com铆a bocadillos. Esto era algo que la gente com煤n no pod铆a permitirse, especialmente en el apocalipsis, cuando la comida escaseaba.
El hombre gordo ten铆a miedo de que Yibao se comiera toda la comida y tuviera hambre, as铆 que le murmur贸 a Yibao: "Comes tanto que no podemos darnos el lujo de alimentarte m谩s, as铆 que te tiraremos a la basura".
El hombre gordo dijo esto a espaldas de Jian Xiao, y solo Yibao lo escuch贸.
Despu茅s de eso, Yibao perdi贸 el apetito. Solo com铆a un bocado cuando ten铆a much铆sima hambre. De lo contrario, incluso si la Gran Carne se lo met铆a a la fuerza en la boca, Yibao lo escup铆a. Tem铆a comer demasiado y que la Gran Carne lo abandonara.
Yibao depende de comer mucho para mantener sus funciones corporales b谩sicas. Cuando come menos, el color de sus ojos se apaga y ya no tiene energ铆a para aullar diciendo "a煤 a煤" todo el tiempo.
Jian Xiao pens贸 que Yibao estaba enfermo nuevamente y ten铆a que beber sangre humana, por lo que se cort贸 la palma, gote贸 medio taz贸n de sangre y se lo oblig贸 a beber sangre humana.
Yibao originalmente quer铆a escupirlo, pero la sangre ya hab铆a goteado y no pod铆a fluir de regreso al cuerpo de la Gran Carne, por lo que no tuvo m谩s remedio que beberlo obedientemente.
Despu茅s de beber la sangre, el qi y la sangre de Yibao se sintieron mucho mejor, pero su apetito todav铆a era muy pobre.
A Jian Xiao le pareci贸 muy extra帽o que de vez en cuando tentara a Yibao con bocadillos. Pero Yibao simplemente lo sostuvo en su mano, como si no quisiera comerlo.
Jian Xiao tambi茅n vio algunas pistas: "Yibao, come este pastelito. Pronto llegaremos al siguiente pueblo. Te traer茅 algunos bocadillos, muchos bocadillos".
Yibao neg贸 con la cabeza y volvi贸 a guardar el peque帽o pastel en la mochila de Jian Xiao.
En el camino, Yibao comi贸 dos tercios de la comida 茅l solo, y el tercio restante lo compartieron Jian Xiao y el hombre gordo. Estos dos hombres adultos no comieron tanto como Yibao.
¿C贸mo podr铆a un hombre alto y fuerte como Jian Xiao estar lleno despu茅s de comer tan poco?
Antes, Jian Xiao nunca le contaba a Yibao sobre la escasez de alimentos, as铆 que Yibao pensaba que siempre tendr铆a algo para comer. No fue hasta que el gordo se lo cont贸 que se dio cuenta de que no hab铆a mucha comida y casi se la acaba toda.
Al ver c贸mo Yibao devolv铆a el pastelito que a la mochila, Jian Xiao sinti贸 una mezcla de diversi贸n y amargura. Abri贸 la bolsa, parti贸 la mitad y se la dio a Yibao, y se comi贸 la otra mitad.
Yibao vio a la Gran Carne comi茅ndolo, por lo que de mala gana tom贸 un peque帽o bocado.
Despu茅s de dos d铆as de caminata por la monta帽a, finalmente llegaron al peque帽o pueblo. Hab铆a muchas tiendas a lo largo de la calle y, por supuesto, tambi茅n muchos zombis.
El hombre gordo se asust贸 cuando vio a los zombies y se escondi贸 t铆midamente detr谩s de Jian Xiao.
Jian Xiao sosten铆a a Yibao con una mano por las nalguitas y con la otra mataba zombis. Justo en medio de la pelea, escuch贸 al gordo gritar desesperado detr谩s de 茅l:
"Ah... Maestro Jian, hay tantos zombis detr谩s de nosotros... detr谩s de nosotros".
Jian Xiao se dio la vuelta y mir贸 al hombre gordo: "Eres un in煤til".
Despu茅s de decir eso, Jian Xiao se encarg贸 de los zombis detr谩s de 茅l con un rev茅s.
Esto no deber铆a ser un pueblo peque帽o, sino una ciudad al nivel de una prefectura. Obviamente hay m谩s zombis aqu铆. A Jian Xiao le cuesta mucho luchar contra ellos. El gordo no paraba de gritar y alterar sus nervios.
Cuando Jian Xiao descubri贸 que cada vez se congregaban m谩s zombis, decidi贸 evitar la pelea. Sali贸 corriendo del grupo de zombis mientras sosten铆a a Yibao y se escondi贸 entre las ruinas.
El hombre gordo no tuvo tiempo de alcanzarlo y se perdi贸.
Jian Xiao no fue a buscar al hombre gordo. Sostuvo a Yibao y se acurruc贸 en un espacio estrecho para evitar a los zombis del exterior.
Yibao exudaba el aroma de su propia especie, que cubri贸 efectivamente el olor de la carne humana de Jian Xiao, por lo que los zombis se quedaron un rato y luego se fueron.
Tras ponerse a salvo, Jian Xiao se desplom贸 y jade贸. Justo cuando cre铆a que pod铆a descansar, la pared sobre su cabeza se desprendi贸 y un trozo de cemento con barras de acero se desplom贸.
Jian Xiao, inconscientemente, protegi贸 a Yibao con sus brazos. La losa de cemento le cay贸 en la espalda, golpe谩ndolo con fuerza. Sin embargo, Yibao, protegido por sus brazos, estaba sano y salvo.
Yibao oli贸 sangre, levant贸 la vista y vio que la Gran Carne ten铆a sangre en la comisura de la boca. Se apresur贸 a lamerla poco a poco con su leng眉ita.
Los dientes de Jian Xiao tambi茅n estaban cubiertos de sangre. Escupi贸 dos palabras con dificultad: "Yibao... vete..."
Jian Xiao ten铆a miedo de que cayeran m谩s losas de cemento, por lo que le pidi贸 a Yibao que fuera a un lugar seguro.
Pero antes de que pudiera explicarlo adecuadamente, se desmay贸.
Yibao lo llam贸 muchas veces presa del p谩nico, pero no hubo respuesta.
Como la sangre de Jian Xiao flu铆a, la fragancia tambi茅n se extendi贸. Pronto, un gran grupo de zombis se reuni贸 afuera, observando a Jian Xiao, quien se escond铆a en la grieta.
Yibao us贸 su delgado cuerpo para bloquear a Jian Xiao, como un peque帽o gato salvaje con su pelaje erizado, mostr谩ndoles los dientes ferozmente y advirti茅ndoles que se fueran.
El grupo de zombies parec铆a tener mucho miedo de Yibao y se fueron uno tras otro.
Yibao ten铆a miedo de que vinieran otros zombis, por lo que se qued贸 al lado de Jian Xiao.
Jian Xiao estuvo inconsciente durante varias horas y todav铆a estaba muy d茅bil despu茅s de despertarse.
Yibao sac贸 los pocos dulces que quedaban en su peque帽a bolsa y se los dio a Jian Xiao, esperando que la Gran Carne mejorara pronto.

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